Las declaraciones contenidas en este documento están basadas en la palabra de Dios. Nuestra Iglesia reafirma que la Santa Biblia:

  • Es la palabra inspirada por Dios
  • La revelación de Dios al ser humano
  • La regla infalible de fe y conducta
  • Contiene la revelación más sublime de Dios que el ser humano
  • jamás haya conocido. Ella constituye nuestro guía de vida.

Creemos que la Biblia es la palabra inspirada de Dios, y la aceptamos como la única guía infalible y regla de nuestra fe y práctica.
Mt 24:35; Sal 119:89; 1Tim 2:15; 2Tim 3:16-17; 2Ped 1:19-21.

Creemos en el Dios Trino, Eterno, Omnipresente, Omnisciente, Omnipresente e inmutable; creador del cielo y de la tierra, y todo lo que en ellos hay; y que en la unidad de la Trinidad hay tres personas, iguales en atributo y perfección divina; que ejecutan distintas funciones, pero en armonía, en la gran obra de la redención.
1Jn 5:7; 2Cor 13:14; Gen 1:26; 1Tim 1:17.

DIOS EL PADRE.
Isa 44:8; Jn 3:16.

DIOS EL HIJO. Co-existente y co-eterno con el Padre, el cual concebido por el Espíritu Santo, nacido de la virgen María, tomo sobre si forma de hombre hecho obediente hasta la muerte, llevando la maldición del pecado, la enfermedad y la vergüenza, nos redimió para volvernos a DIOS PADRE, El resucitó al tercer día y ascendió a los cielos donde esta sentado a la diestra de Dios Padre, donde vive para siempre haciendo intercesión por nosotros.
1Tim 2:5; Efe 2:18; Filip 2:6-11.

DIOS EL ESPIRITU SANTO. Co-existente igual al Padre, enviado por el Padre, a través del Hijo, para redimir al mundo y preparar la novia de Cristo (la Iglesia). Juan 14:26; 15:26; 16:8.
Creemos en la caída del hombre.
Gen 1:27; Rom 5:12; Isa 53:6; Rom 3:10; Heb 7:25.

Creemos en el plan de Redención en que Cristo fue el Cordero de Dios, pre-ordenado desde antes de la fundación del mundo, y que por el derramamiento de su sangre en la cruz, hizo provisión para la salvación de todos los hombres.
1Ped 1:19-20; Isa 53:5; Tito 2:14; Heb 7:25.

Creemos en el nuevo nacimiento por gracia de Dios solamente; y se recibe a través de un arrepentimiento sincero y una aceptación de corazón de Cristo como su Salvador personal;
y habiendo nacido de nuevo, viene a ser una nueva creación en Cristo Jesús.
Jn 3:3; 2Cor 5:17; Gal 2:20; 1Ped 2:24.

Creemos en la vida cristiana diaria, pues habiendo sido limpiados por la sangre, y vivificado por el Espíritu Santo, es la voluntad de Dios que seamos diariamente santificados, y que seamos participantes de su Santidad; no andando conforme a los deseos de la carne sino en el Espíritu; dejando toda apariencia y practica del mal.
Rom 8:1-5; Rom 12:1-2; 2Cor 7:1; 1Ped 4:15; 1Tes 5:22.

Creemos que el bautismo en agua por inmersión, en el nombre del Padre, Hijo y Espíritu Santo, fue ordenado por Dios, y que es subsecuente a la conversión; no siendo una ordenanza de salvación, sino una señal exterior de una obra interior, como testimonio al mundo de que hemos muerto y resucitado con Cristo para andar en nueva vida, como aspiración de una nueva conciencia hacia Dios.
Mat 28:19; Hech 2:38 y 8:36; Rom 6:4; 1Ped 3:21.

Creemos en la conmemoración de la Cena del Señor como un tipo del cuerpo quebrantado y la sangre derramada por nuestro Señor Jesucristo; como una ordenanza que, conmemora la muerte, sepultura y resurrección de nuestro Señor, así como la esperanza de sentarnos a la cena con el Señor en sus bodas.
1Cor 11:23-27; 2Cor 13:5; Luc 22:7-22. Todo creyente nacido de nuevo puede y debe participar de la cena del Señor. 1Cor 11:28.

Creemos que el Bautismo del Espíritu Santo es una experiencia definida, que no es idéntica con la conversión. La evidencia inicial de esta experiencia es hablar en otras leguas como el Espíritu Santo es dado para llenar al creyente con poder de lo alto; para dar palabras ungidas al testificar de Cristo; para dirigir al creyente a la Santidad y sobriedad; para equiparlo para un ministerio practico, eficiente, lleno de poder para ganar almas y servir.
Cada creyente tiene derecho a esperar y recibir este bautismo de la misma manera que se registra por la palabra de Dios.
Jn 14:16; Hech 1:2-4, 8; 2:38-39; 19:6; 1Cor 3:16.

Creemos que habiendo recibido la investidura inicial, el bautismo del Espíritu Santo, el creyente debe experimentar una renovación continua de poder de lo alto; que el Espíritu Santo es como una paloma mansa que es muy fácilmente ofendido y herido por nuestra frialdad, falta de oración, conversación vana, mundanalidad y un espíritu de juicio y critica; por lo tanto, es la voluntad de Dios que andemos y habitemos en el Espíritu.
Efe 5;18; Hech 4:31; Efe 4:30-32; 1Cor 3:17; Gal 5:16; 1Jn 2:6.

Creemos que, para la edificación del cuerpo de Cristo, el cual es la Iglesia, el Espíritu Santo confiere dones al creyente individualmente, de acuerdo a su Santa voluntad. Confiere la palabra de sabiduría, la palabra de conocimiento o ciencia, la fe, dones de sanidades, operación de milagros, profecía, discernimiento espiritual, géneros de lenguas, repartiendo a cada uno como El quiere. Estos dones deben ser anhelados ansiosamente por los creyentes y ejercitados en un espíritu de amor. Creemos que el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, tolerancia, mansedumbre, bondad, fe, y debe ser cultivado en la vida del creyente.
1Cor 12:7-11 y 12:31; Gal 5:22-23; Jn 15:4 y 15:8; Rom 12:6-7.

Creemos en el nuevo nacimiento por gracia de Dios solamente; y se recibe a través de un arrepentimiento sincero y una aceptación de corazón de Cristo como su Salvador personal; y habiendo nacido de nuevo, viene a ser una nueva creación en Cristo Jesús.
Jn 3:3; 2Cor 5:17; Gal 2:20; 1Ped 2:24 “para perfeccionar a los Santos para la obra del ministerio”. Efesios 4:11-12.

Creemos que la Sanidad Divina es el poder de Dios para sanar los enfermos y afligidos en respuesta a la oración de fe, y que dicha sanidad esta provista en el Nuevo Pacto.
Isa 53:4-5; Mat 8:16-17; Sant 5:14-16; Hech 3:16.

Creemos en la segunda venida de Cristo:
a. El Rapto
Creemos que la segunda venida de Cristo es personal, inminente y pre-milenial; que el Señor mismo descenderá del cielo con aclamación, voz de Arcángel y con trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitaran primero. Luego los redimidos que estén vivos, serán arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire y estar siempre con El.
Revelación

Creemos que la venida visible de Jesucristo con sus ángeles, terminará la Gran Tribulación y establecerá al reino milenial sobre la tierra, cuando Cristo reinara y regirá como Rey de reyes y Señor de señores.
Zac 14:4; 2Tes 1:7-10 y 2:8; Apoc 1:7, Apoc 19:11-16; 20:1-4.

Creemos en el Juicio Final de los malvados en el gran trono blanco, cuando los muertos grandes y pequeños, serán resucitados (segunda resurrección), para comparecer delante de Dios para recibir la recompensa por sus obras echas en la carne.
Mat 13:41-43; Apoc 20:11-15.

Creemos que el Infierno es un lugar literal de tinieblas, penas profundas, remordimientos y amarguras, preparado por Dios para el diablo y sus ángeles; serán arrojados en un lago de fuego y azufre junto con todos los incrédulos, los abominables, los asesinos, agoreros, hechiceros, adivinos, fornicarios, los idolatras, los mentirosos y todo los que no estén inscritos en el libro de la vida del Cordero.
Apoc 20:10; Apoc 14-15; 21:7-8:14:10-11; Mat 25:41; Mar 9:43-44; Apoc 19:20.

Creemos en Cielo Nuevo y Tierra Nueva, conforme a las promesas de Dios para los redimidos.
2Ped 3:13; Apoc 21:1-4; 1Cor 2:9; Jn 14:2.

Creemos que el Evangelismo para la salvación de las almas es la principal misión de la Iglesia sobre la tierra, y que por lo tanto cualquiera cosa que impida, o doctrina de error que quiere apagar la llama o fervor del evangelismo mundial, debe rechazarse y abandonarse por estar en conflicto con la gran comisión dada a la iglesia.

Creemos que todo Gobierno Civil es ordenado por Dios y todos los creyentes deben estar sujetos a las leyes de la tierra, excepto aquellas que sean contrarias a la voluntad revelada de Dios en su palabra.
Rom 13:1-7; Hech 5:29; ITim 2:1-3.

Creemos que el Matrimonio constituye una unión, o vinculo para toda la vida; que s un compromiso entre un hombre y una mujer y que es el único legitimo, honorable y Santo estado instituido por Dios. Fue ordenado por Dios como la fundación y lazo de la vida familiar para la ayuda mutua y consuelo de esposo y esposa, y para bienestar del estado.
Gen 2:26 (b)25; Prov 18:22; Heb 13:4; 1Cor 7:10-11 y 6:9-10; Rom 1:24-32.